Reconozco que enfrenté ese dilema. La relación terminó a pesar de que aún nos queríamos, pero había aspectos que me hacían sentir insegura. Hoy, después de ocho meses separados, estamos intentando reconstruir desde el cambio, la madurez y una visión compartida de futuro. No sé qué pasará, pero como me dijo mi psicóloga: “No se puede saber estando lejos; hay que estar donde las papas queman”.
Estas situaciones no son casos aislados, por eso existen varias investigaciones, sobre “on–again/off–again” (cortar y volver) y coinciden que más del 60% de adultos ha vivido relaciones cíclicas alguna vez, y un tercio de las parejas que conviven reporta rupturas y reconciliaciones.
Qué dice la evidencia (sin romanticismo, con datos)
El psicólogo Kale Monk, profesional que encabeza estos estudios señala que las parejas on–off muestran más incertidumbre, estrés y conflicto que las parejas estables; además, en convivencia aumentan las probabilidades de considerar divorcio. La recomendación del equipo: si van a volver, que sea tras cambios claros y decisiones explícitas (no por inercia).
El modelo de inversión (Rusbult; meta-análisis de Le & Agnew) documenta que la permanencia depende de tres pilares: satisfacción, alternativas percibidas y “inversiones” (hijos, historia compartida, redes, activos).
Volver con un ex sólo mejora la estabilidad si esos pilares aumentan respecto de la primera etapa—no si se repite la misma ecuación.
Señales conductuales que predicen ruptura. La investigación de John y Julie Gottman identifica cuatro dinámicas (“los cuatro jinetes”): crítica, desprecio, actitud defensiva y falta de comunicación. El desprecio es el predictor más fuerte de divorcio; si sigue presente tras la reconciliación, el pronóstico es pobre.
Cuándo sí volver con el ex (y por qué)
- Hubo aprendizaje demostrable. Cambios observables en manejo de conflicto (escucha, pausas fisiológicas, acuerdos de reparación) y reducción de los “cuatro jinetes”.
- Motivación intrínseca, no miedo o soledad. La decisión se tomó con cabeza fría y plan de trabajo (metas, tiempos, cómo medir avances).
- Contexto vital distinto. Horarios, ciudad, prioridades, consumo de alcohol/tecnología—si el contexto que encendía la pólvora cambió, el pronóstico mejora. (Esto alinea con el modelo de inversión: se modifican las variables que sostenían el malestar).
- Ayuda profesional temprana. Intervenciones estructuradas (EFT u otras basadas en evidencia) al inicio de la reconciliación—no cuando ya reapareció la crisis.
Cuando no volver con el ex (y por qué)
- Violencia o coerción. En presencia de violencia física, sexual, psicológica o control coercitivo, la recomendación basada en evidencia es no volver y priorizar un plan de seguridad. Los “lazos traumáticos” hacen que alternancias de maltrato y “luna de miel” refuercen el apego al agresor, aumentando la probabilidad de regresar y el riesgo para la salud mental.
- Ciclos crónicos on–off sin cambios estructurales. La ciencia vincula la ciclicidad repetida con menor satisfacción, más agresión y más síntomas de ansiedad/depresión. Si el plan es “volver a ver qué pasa”, la estadística no acompaña.
- Desprecio intacto. Si persisten burla, sarcasmo hiriente o humillación, el riesgo de fracaso (y daño) sigue alto.
Antes de decir “sí”:
- Escriban un acuerdo de reconciliación de 1–2 páginas: qué cambió, cómo manejarán conflicto (pausas, reparación), reglas de tecnología y celos, dinero, familia política, crianza. Fechas de revisión (p. ej., a los 60 y 180 días).
- Hagan un “inventario de inversión”: qué aportará cada uno (tiempo, afecto, corresponsabilidad doméstica, proyectos), y qué esperan a 6–12 meses. Si no aumentan las inversiones recíprocas ni la satisfacción, la reconciliación es sólo un paréntesis.
- Minimicen la inercia: eviten mudarse juntos o mezclar finanzas en las primeras semanas; primero consoliden nuevas rutinas y acuerdos.
- Terapia en las primeras 6–8 semanas: EFT u otro enfoque con evidencia, especialmente si hubo infidelidad o “lesiones de apego”.
Señales de que no es el momento (o de que no conviene):
- Siguen presentes el desprecio o la humillación.
- Vuelven “porque es más fácil” (dinero, círculo social) o por miedo a estar solos.
- Hay antecedentes de violencia o control. Prioriza seguridad y redes de apoyo; no arriesgues tu integridad.
Historias que iluminan (éxitos, tropiezos y advertencias)
Goldie Hawn y Kurt Russell
La historia de esta pareja se remonta literalmente al siglo pasado: se conocieron en un rodaje, en 1966, peo no fue hasta 1983 cuando empezaron a salir. Se enamoraron y formaron una de las parejas más sólidas del mundo del espectáculo (aunque nunca se han casado) Se separaron temporalmente en 2004, Sin embargo, hoy siguen juntos tras su reconciliación.
Beto Cuevas y Estela Mora
Comenzaron su relación en los años 90, se casaron en 2002 y se separaron en 2007 tras una infidelidad. Aunque estuvieron 15 años distanciados como pareja, nunca cortaron el vínculo como ex: siguieron trabajando juntos y compartiendo momentos familiares. En 2024, decidieron retomar la relación de forma natural y madura.
Estela lo definió como volver con su mejor amigo, y Beto confirmó que hoy viven juntos y se acompañan. Su historia es un ejemplo de amor que resiste el tiempo y renace desde la complicidad.
Jennifer Lopez y Ben Affleck:
Tras una ruptura en 2004 y varios años de caminos separados siendo ex, se reencontraron en 2021, reavivando una historia que había comenzado dos décadas antes. Se casaron en agosto de 2022. Sin embargo, las diferencias irreconciliables y estilos de vida opuestos—ella más sociable y él más reservado—terminaron por desgastar la relación. Jennifer solicitó el divorcio en agosto de 2024, marcando el fin de una etapa que, aunque breve, fue profundamente mediática y emocional. A pesar de la separación, ambos han mantenido una relación cordial, especialmente por los hijos que comparten con sus respectivas y estilos de vida opuestos—ella más sociable y él
Guillermo, príncipe de Gales y Kate Middleton:
En 2007, tras casi cinco años de relación, la pareja atravesó una breve pero mediática ruptura. Mientras Kate permanecía en Londres, Guillermo continuó con su formación reconoció que ambos necesitaban espacio para crecer individualmente antes de retomar el vínculo. Un año después, se reconciliaron en una cena íntima que marcó un punto de inflexión en su historia. Desde entonces, su relación se fortaleció, culminando en una boda real en 2011 y una sólida vida familiar junto a sus tres hijos.
Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones
Se conocieron en septiembre de 1998 y fue Antonio Banderas quien los presentó. Aunque su primer encuentro fue algo torpe, Michael le dijo que sería el padre de sus hijos apenas empezaron a hablar—una disculpa acompañada de flores logró encaminar la relación. La pareja se casó el 18 de noviembre del año 2000. Desde entonces, han formado una de las parejas más duraderas de Hollywood, con dos hijos: Dylan (nacido en 2000) y Carys (nacida en 2003). En agosto de 2013 se supo que los actores habían decidido separarse un tiempo para “evaluar y trabajar en su matrimonio”. Después de un impasse de varios meses y mucha terapia de pareja, en 2014 se reconciliaron. “Tuve la suerte de casarme con mi mejor amigo y hemos estado juntos en las buenas y en las malas”, declaró recientemente la actriz
Juanes y Karen Martínez
El cantante estuvo en el ojo del huracán en 2007 cuando fue captado con otra mujer que no era su esposa. Al parecer, Juanes estaba viéndose a escondidas con Johana Bahamón, una joven actriz colombiana. Tras un tiempo separados, Juanes y Karen Martínez volvieron a intentarlo. Tal parece que funcionó muy bien, porque al poco tiempo nació el tercer hijo de la pareja: Dante.
José Alfredo Fuentes e Isabel Trías
Se conocieron cuando él tenía 20 años y ella 16, en una época en que José Alfredo comenzaba a destacar como cantante en Chile. Se casaron cuando él tenía 24 y ella 20, formando una familia con tres hijos. Tras 26 años de matrimonio, se separaron en el año 2000, aunque nunca se divorciaron ni perdieron el contacto.
Durante los 20 años que estuvieron separados, mantuvieron una relación cercana por sus hijos y, sobre todo, por sus nietos. “Todos los fines de semana compartíamos con ellos, pero al final del día tenía que volver solo a mi departamento. Recuerdo que una de mis nietas me dijo: ‘No te vayas’, y fue terrible de escuchar”, relató el músico, hoy con 75 años.
Ese momento fue decisivo. En 2023, tras una conversación sincera, decidieron volver a vivir juntos y dejar de ser «ex». “Conversamos con Isabel y dijimos: volvamos a estar, nos hacemos compañía y nos cuidamos”, expresó con emoción. Su historia es un testimonio de amor maduro, resiliente y profundamente familiar, donde el afecto nunca se extinguió, solo esperó el momento adecuado para renacer.
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