Nació del antojo de una mujer embarazada en Dubái. Hoy, es una de las barras más virales del mundo, replicada en pastelerías, redes sociales y cocinas caseras.
Durante los últimos meses, el pistacho ha invadido redes sociales, vitrinas de pastelerías y conversaciones gastronómicas. El llamado Chocolate Dubái no es simplemente una barra: es una historia de antojos, identidad cultural y la poderosa maquinaria de internet.
Un origen íntimo: un antojo que hizo historia
El fenómeno comenzó en 2021, cuando Sarah Hamouda, ingeniera británico-egipcia radicada en Dubái, atravesaba su embarazo. Entre los deseos que suelen aparecer en esa etapa, había uno que no lograba satisfacer: un postre que evocara los sabores de su infancia, especialmente el del knafeh, ese clásico dulce de Medio Oriente hecho con masa de hilos finos, mantequilla, queso y almíbar.
En la búsqueda de recrear esa sensación en un formato distinto, Sarah empezó a experimentar en su cocina. Pronto sumó a un chef pastelero, Nouel Catis Omamalin, y juntos dieron forma a una mezcla que, sin saberlo, pronto sería famosa en el mundo entero. Así nació la primera barra de Fix Dessert Chocolatier, bautizada con humor como “Can’t Get Knafeh Of It”.
¿Qué tiene esta barra que la hace irresistible?
La clave está en la estructura y en la experiencia al morderla.
- Una cobertura de chocolate con leche, suave, dulce y envolvente.
- Un corazón de crema de pistacho, de color verde intenso y textura espesa.
- Tahini, que aporta un matiz tostado y ligeramente amargo que equilibra el dulzor.
- Masa tipo knafeh o kataifi, esos hilos crocantes que dan la textura crujiente característica.
De hecho, la combinación de cremosidad, crujido y sabores árabes en un formato moderno la transformó en un objeto de deseo inmediato.
De Dubái al mundo: el poder de TikTok
La expansión fue rápida. Un video de una influencer probando la barra acumuló millones de visualizaciones en TikTok. A partir de ahí, el chocolate Dubái se convirtió en un fenómeno cultural: filas para comprarlo en su tienda original, pedidos internacionales, réplicas caseras y versiones de pastelerías en distintos países.
Lo que comenzó como un producto artesanal —hecho a mano, en pequeñas cantidades— pasó a ser un símbolo global del lujo dulce. Además, grandes marcas, desde chocolaterías boutique hasta cadenas internacionales, lanzaron sus propias interpretaciones.
Hoy, el concepto chocolate-pistacho-kataifi está en todas partes. Existen:
- croissants rellenos “estilo Dubái”,
- mini barras o “bites”,
- helados con crema de pistacho y masa crujiente,
- tortas, brownies, galletas y hasta milkshakes inspirados en la receta original.
El Chocolate Dubái dejó de ser una barra para convertirse en una paleta de sabores reconocible y replicable.
¿Es una moda pasajera? ¿O será recordado como el dulce que definió una era de redes sociales y reinterpretaciones culinarias? Solo el tiempo —y los antojos del mundo— lo dirán.
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