Qué estación más rica es la primavera, el aire huele diferente, los días son más largos, el sol brilla con más intensidad y las personas parecen sonreír más, pero lo mejor de todo es que está este clima templado que es tan agradable para poder estar haciendo todo tipo de cosas y no sentirte pegoteada con el calor ni como mono de yeso con el frío, ojalá durará más que otras estaciones.
Esta época se asocia con el renacimiento, tanto en la naturaleza como en los estados de ánimo. Pero te has preguntado ¿Por qué ocurre este fenómeno?, acá te cuento…
Unos enérgicos, otros con lata
La primavera trae consigo más horas de luz y una temperatura más cálida, lo que tiene un impacto directo en el bienestar físico y emocional de las personas. Científicamente, este fenómeno se explica porque la mayor exposición a la luz solar estimula la producción de serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”. Este neurotransmisor regula el estado de ánimo, el sueño y el apetito, lo que hace que las personas se sientan más activas y optimistas en esta época del año. Además, el aumento de la luz solar contribuye a una mayor producción de vitamina D, lo que ayuda a combatir síntomas de fatiga o depresión, comunes durante el invierno.
Sin embargo, esta sensación de bienestar llamada la “euforia primaveral”, generada por la secreción de oxitocina, noradrenalina, entre otros, que nos hace estar más desinhibidos, también tiene su lado B y se llama “astenia primaveral” y es considerado un trastorno adaptativo que se caracteriza por tener síntomas como cansancio, somnolencia fatiga, irritabilidad, pérdidas del apetito, disminución de la lívido durante o pérdida del cabello. No obstante, los efectos que se provoque dependerán exclusivamente de cada individuo.
¿La primavera altera la sangre?
Este periodo conocido como el mejor momento para experimentar el amor, no es solo tiene sustento en la poesía. Históricamente, diversas culturas han relacionado la primavera con la fertilidad y el renacer, simbolizando el despertar de las pasiones humanas.
Durante estos 120 días aumenta la producción de feromonas que son sustancias químicas relacionadas con la atracción y el comportamiento sexual. Aunque su influencia no es completamente consciente, afectan de manera sutil el comportamiento de las personas, haciéndolas más receptivas a los estímulos amorosos. Asimismo, la dopamina se eleva en esta estación, lo que nos hace sentir más motivados y abiertos al amor.
Además, la exposición solar favorece la síntesis de vitamina D, otro componente que aumenta el bienestar y mejora el rendimiento cognitivo. Todo esto puede influir en la toma de decisiones importantes dentro de la pareja, desde la convivencia hasta la posibilidad de tener hijos.
Avivando la llama que congeló el invierno
Si bien la primavera puede generar un torbellino emocional, las parejas podrían atravesar un periodo de distanciamiento. Esto implica sentarse a conversar acerca de sentimientos de miedo, tristeza, desgano y revisar si los planes futuros siguen alineados.
Diversas investigaciones sugieren que es posible reavivar la pasión y la clave es potenciar la biología y la voluntad de trabajar juntos en este proceso.
¿Cómo hacerlo?
-
Fortalecer el vínculo emocional:
Según un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine, la satisfacción sexual en las parejas está fuertemente vinculada a la calidad de la comunicación y la cercanía afectiva. Los expertos recomiendan dedicar tiempo a actividades compartidas que fortalezcan la relación, como cenas sin distracciones o salidas a lugares nuevos. Este tipo de experiencias pueden romper la rutina y generar nuevos estímulos que se traducen en una mejor conexión sexual.
-
Factores biológicos y hormonales:
La ciencia también sugiere que los cambios hormonales pueden jugar un papel crucial en el deseo sexual. Investigadores de la Universidad de California encontraron que el estrés crónico reduce los niveles de testosterona y estrógenos, hormonas clave en la respuesta sexual de hombres y mujeres. Para contrarrestar este impacto, los especialistas recomiendan introducir actividades relajantes, como el yoga o la meditación, que ayudan a reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y, en consecuencia, favorecen un entorno más propicio para el deseo.
-
Falta de sueño:
El ritmo circadiano tiene una influencia directa sobre la libido. Dormir sin lograr un descanso puede interferir con la producción de hormonas sexuales, debilitando aún más el interés en la intimidad. Por lo tanto, establecer rutinas y mejorar la higiene del sueño puede tener un impacto significativo en la reactivación del deseo.
-
Romper con la rutina sexual:
La monotonía en la vida sexual también suele ser uno de los principales obstáculos. Según un informe del Journal of Marriage and Family Therapy, las parejas que se sienten atrapadas en una rutina sexual repetitiva tienden a experimentar una disminución del deseo. Para combatir esto, es esencial introducir novedades en la intimidad. Esto no implica realizar cambios drásticos, sino pequeños ajustes que despierten la curiosidad mutua. La investigación indica que la novedad activa los circuitos de recompensa en el cerebro, los mismos que están involucrados en la atracción inicial.
-
Ejercicio físico:
El deporte es una herramienta poderosa para reactivar el deseo. Según una investigación de la Universidad de Harvard, mejora la circulación sanguínea, aumenta la energía y eleva los niveles de testosterona, lo que puede tener un impacto directo en el deseo sexual. Además, el ejercicio promueve una mayor autoestima, lo que influye en la confianza y la disposición a la intimidad. Se sugiere actividades en pareja, como caminatas al aire libre o clases de baile, que además de tener beneficios físicos, fomentan la complicidad y la conexión. El contacto visual y la risa compartida durante estas actividades también son poderosos afrodisíacos naturales.
-
Ayuda profesional:
Cuando la líbido duerme y se han experimentado diversas estrategias para potenciar el deseo sexual, puede ser útil buscar la orientación de un terapeuta sexual o de pareja. Ya que, una terapia ofrece un espacio seguro para explorar los bloqueos emocionales o psicológicos que puedan estar interfiriendo con la intimidad.
Leer más en Radio Imagina: Más allá de los prejuicios y la ciencia: ¿Cuándo inicia el viejazo?