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“No es vanidad, es bioquímica”, dicen los especialistas en medicina del bienestar al hablar sobre cómo el aspecto físico puede revelar carencias del cuerpo, ya que, en consulta, notan cómo cada vez más las personas las visitan por síntomas como caída del cabello o piel reseca, los que terminan en un diagnóstico de fondo: anemia, hipotiroidismo, desórdenes autoinmunes o simplemente una mala absorción de nutrientes clave.
Un ejemplo clásico es el del hipotiroidismo, un trastorno que afecta al 5% de la población mundial, según la American Thyroid Association. Esta condición, donde la glándula tiroides funciona por debajo de lo normal, puede debutar con señales sutiles como uñas frágiles, piel seca, fatiga y aumento de peso sin causa clara. Muchas mujeres lo detectan cuando notan cambios en su pelo y en la textura de su piel.
Cada parte externa del cuerpo funciona como un pequeño monitor de salud interna. A continuación, una guía práctica sobre lo que pueden estar revelando estos signos:
Uñas
- Quebradizas o con ranuras verticales: Puede indicar deficiencia de hierro, biotina o zinc. También puede estar relacionado con trastornos tiroideos.
- Descoloridas: Pueden ser signo de anemia, problemas hepáticos o infecciones.
- Rayas rojas o marrones: Podrían indicar endocarditis o problemas circulatorios.
- Uñas gruesas y quebradizas: Posible relación con enfermedades pulmonares, tiroides o psoriasis.
- Uñas en cuchara: Bordes curvados hacia arriba, común en casos de anemia por deficiencia de hierro
Piel
- Manchas o hiperpigmentación: Podrían reflejar resistencia a la insulina o problemas hepáticos.
- Acné en adultos: Frecuentemente asociado al síndrome de ovario poliquístico (SOP), intolerancias alimentarias o estrés crónico.
- Erupciones persistentes: Puede estar relacionado con enfermedades autoinmunes como lupus.
- Sudoración excesiva en manos y pies: Puede estar relacionada con problemas hormonales o neurológicos.
Cabello
- Caída excesiva: Más allá del estrés, puede ser señal de falta de vitamina D, anemia por déficit de hierro, o desequilibrios hormonales.
- Cabello seco y sin brillo: Podría estar relacionado con una mala absorción de ácidos grasos esenciales o bajos niveles de omega-3. Posible indicio de problemas de tiroides.
- Pérdida de cabello en parches: Puede ser signo de alopecia areata, una enfermedad autoinmune
Boca y lengua
- Encías inflamadas o sangrantes: Puede indicar diabetes o problemas cardiovasculares.
- Lengua blanca o con manchas: Posible señal de infecciones fúngicas o problemas digestivos.
- Labios agrietados y secos: Puede estar relacionado con deshidratación o deficiencia de vitaminas
Ojos
- Color amarillento en la esclerótica: Puede ser signo de problemas hepáticos como la ictericia.
- Párpados hinchados: Posible indicio de problemas renales o alergias.
- Ojos secos o irritados: Puede estar relacionado con enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren.
Aparición temprana de canas
El encanecimiento prematuro del cabello puede estar relacionado con deficiencias de vitamina B12 y cobre, nutrientes esenciales para la producción de melanina, el pigmento que da color al cabello.
Moretones frecuentes
Su aparición puede ser una señal de deficiencia de vitamina C o vitamina K1. La vitamina C es esencial para la producción de colágeno, mientras que la vitamina K1 es crucial para la coagulación sanguínea.
Ciencia y belleza
El año 2023, una investigación publicada en la revista Nutrients examinó a 1.263 mujeres entre 25 y 55 años, analizando el impacto de deficiencias nutricionales en la calidad de piel, cabello y uñas. El 73% de ellas presentó mejoría visible luego de tres meses de suplementación con vitaminas D, B12, colágeno hidrolizado, zinc y omega-3. Además, el estudio reportó una disminución del cansancio crónico en más del 40% de los casos.
La doctora Florence Meyers, líder del estudio, afirma: “No se trata de estética por estética. Es salud. Cuando equilibramos lo interno, el cuerpo responde positivamente en todos sus niveles, incluso los visibles”.
En el mismo sentido, un meta-análisis de The American Journal of Clinical Dermatology (2022) estableció que suplementos con biotina, ácido hialurónico, vitamina C y silicio pueden mejorar significativamente la elasticidad y luminosidad de la piel en mujeres post 30 años, especialmente cuando se combinan con una dieta equilibrada y buena hidratación.
Sin embargo, los especialistas son claros: no todo suplemento es para todos, y deben consumirse idealmente con orientación médica o nutricional.
Suplementos, vitaminas
Hoy el mercado está inundado de productos prometedores: colágeno hidrolizado, complejos de belleza, polvos verdes, cápsulas antioxidantes, probióticos… ¿Cuál elegir? ¿Cómo saber qué necesita mi cuerpo?
Los nutricionistas advierten que: “Antes de suplementar, hay que diagnosticar. Cada persona tiene una historia bioquímica distinta. No se trata de copiar lo que toma alguien más, sino de estudiar los niveles en sangre y adaptar las dosis según necesidad”.
Algunos de los suplementos con más respaldo científico son:
- Colágeno hidrolizado tipo I + vitamina C: mejora firmeza y elasticidad de la piel.
- Biotina + Zinc + Selenio: fortalece uñas y cabello.
- Omega-3 (EPA/DHA): reduce inflamación interna, favorece la piel y mejora ánimo.
- Vitamina D: clave para inmunidad, huesos, estado de ánimo y salud capilar.
- Probióticos: influyen en la salud digestiva, inmunitaria… y también en la piel.
La clave está en no automedicarse ni sobrecargar el cuerpo. Demasiadas vitaminas pueden generar efectos adversos. En esto, menos puede ser más, si está bien indicado
Consejos validados por ciencia y expertos:
- Dormir 7 a 8 horas por noche: la piel se regenera durante el sueño. El déficit crónico de sueño envejece.
- Ejercicio moderado y regular: activa la circulación, oxigena tejidos, mejora el tono y la energía.
- Hidratación constante: 1,5 a 2 litros de agua al día como base
- Reducción del azúcar y alcohol: disminuye inflamación, mejora piel, evita caída capilar y desórdenes metabólicos.
- Gestión emocional: el estrés sostenido afecta la piel, el pelo, el sistema inmunológico y hasta el deseo sexual. Consumo de frutas y verduras: Al menos cinco porciones diarias para obtener vitaminas y minerales esenciales.
- Evitar alimentos ultraprocesados: Reduce el consumo de azúcares y grasas trans.
- Incorporar ejercicios de fuerza: Ayudan a mantener la masa muscular y fortalecer los huesos.
- Limitar el uso de dispositivos electrónicos: Evita la exposición prolongada a pantallas antes de dormir.
- Evita el tabaco y el alcohol en exceso: Reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares y hepáticas.
- Mantén relaciones sociales saludables: Fomentar conexiones positivas mejora la salud mental.
- Cuida tu piel: Usa protector solar y mantén una rutina de higiene adecuada del cuerpo.
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