Hoy con el llamado “empoderamiento” femenino la reivindicación del placer por placer en sexo, es una misión que implica que cada una de nosotras se eduque, quite prejuicios y no le tema al disfrute, con el solo objetivo de pasarlo bien. Lo que, por cierto, ayuda en la salud física y mental.
¿Por qué se celebra el 8 de agosto?
Parece insólito, pero el Día Internacional del Orgasmo Femenino fue instaurado en Brasil. Cuando en 2007 el concejal José Arimateia Dantas, del municipio de Esperantina, propuso esta fecha como compensación simbólica a su esposa por una deuda sexual pendiente. Aunque el origen suene caricaturesco, la iniciativa tomó fuerza global como una excusa potente para hablar de un tema históricamente ignorado: el derecho de las mujeres a disfrutar plenamente de su sexualidad.
El 8 de agosto se ha transformado en un acto político, educativo y social. Celebrarlo es levantar la voz contra siglos de represión, desconocimiento y vergüenza en torno al cuerpo femenino.
¿Qué es realmente el orgasmo femenino?
Según la Asociación Americana de Psicología (APA), el orgasmo es una respuesta fisiológica compleja que incluye contracciones musculares rítmicas, aumento del ritmo cardíaco, liberación de endorfinas y una intensa sensación de placer. En el caso femenino, puede originarse desde el clítoris, el punto G o incluso por estimulación mental o sensorial no genital.
A diferencia del orgasmo masculino, el femenino no siempre está ligado a la reproducción, y su comprensión ha sido escasa hasta hace poco. Recién en 1998, el Dr. Roy Levin publicó estudios que demostraban que el clítoris contiene más de 8.000 terminaciones nerviosas, lo que lo convierte en el órgano más sensible del cuerpo humano.
El dato incómodo: millones de mujeres no han tenido un orgasmo
Un estudio de la Universidad de Indiana y el Kinsey Institute (2022) reveló que el 31% de las mujeres heterosexuales en el mundo declara no haber experimentado nunca un orgasmo. En comparación, solo el 2% de los hombres reporta lo mismo. En parejas lesbianas, en cambio, el 86% alcanza regularmente el clímax.
Por otro lado, en Chile, la Encuesta Nacional de Comportamiento Sexual (ENS) 2021 arrojó cifras similares. Una de cada tres mujeres chilenas reconoce haber fingido un orgasmo más de una vez y una de cada cinco nunca ha sentido uno real.
La brecha orgásmica no es solo biológica. Es cultural, educativa y comunicacional.
¿Y el multiorgasmo?
El recién mencionado y llenos de mitos “multiorgasmo”, se describe como la capacidad de tener más de un orgasmo durante una misma sesión sexual. A diferencia de los hombres, que suelen pasar por un periodo refractario, las mujeres no tienen un límite fisiológico inmediato que impida múltiples clímax.
Valentina García-Huidobro, psicóloga clínica y educacional con especialidad en sexología por la Universidad de Valencia, señala: “Me gustaría aclarar que los orgasmos múltiples no son necesariamente inmediatos unos de otros. Asimismo. No existen definiciones precisas sobre cómo deben manifestarse, pero la mujer los experimenta como una especie de espasmo placentero en la zona pélvica, vaginal o anal».
Un multiorgasmo implica que esas contracciones se repiten a lo largo del encuentro, ya sea en fracciones de segundos o minutos. Es importante entender que no todas las estimulaciones o momentos de clímax serán iguales, lo cual no significa que resulten menos placenteros. Existe, efectivamente, una capacidad multiorgásmica, pero cada episodio se identifica de manera distinta. Esto no afecta el disfrute sexual en el caso de las mujeres, ya que cada uno aporta sensaciones únicas.”
¿Existen de verdad?
Sí. Médicamente, es posible. Estudios publicados en el *Journal of Sex Research* y por la sexóloga Beverly Whipple (quien describió el punto G) demuestran que algunas mujeres pueden experimentar de 2 a incluso 10 orgasmos en un solo encuentro.
La especialista y fundadora del Centro Psicológico Neurovículo complementa: “Podríamos suponer que muchas mujeres tienen la capacidad de experimentar multiorgasmos, pero a lo largo de la historia, esta posibilidad ha estado profundamente ligada al nivel de conocimiento que tenemos sobre nuestro propio cuerpo. Un ejemplo claro es la estimulación del clítoris, que durante décadas ha sido invisibilizada o mal comprendida. El multiorgasmo no responde a una única causa: es una experiencia profundamente individual, influida por factores hormonales, psicológicos y, sobre todo, por el grado de conexión y educación sexual que cada persona ha desarrollado. Por eso, aunque en teoría muchas mujeres podrían tener esta capacidad, en la práctica no siempre se da el espacio para explorarla, debido a factores sociales que siguen teniendo un peso significativo”
¿Se entrena?
En parte, sí. El multiorgasmo requiere autoconocimiento, relajación, estimulación adecuada y, muchas veces, una conexión emocional o mental intensa. La práctica del mindfulness sexual y los ejercicios de Kegel pueden potenciar la sensibilidad.
El porno: ¿placer o distorsión?
La industria pornográfica ha dejado cicatrices profundas en la percepción del orgasmo femenino. Según el estudio Porn Literacy: An Emerging Field (Harvard, 2020), el 74% de los adolescentes cree que las mujeres «gritan y convulsionan» si el sexo es bueno.
Esto genera ansiedad, presión y expectativas irreales. Además, la pornografía casi nunca muestra estimulación real del clítoris, centro principal del placer femenino. Lo que termina ocurriendo es que muchas mujeres sienten que su placer es anómalo o «defectuoso».
La psicóloga Valentina García-Huidobro señala que la industria del cine y video pornográfico contribuye a generar expectativas poco realistas sobre la sexualidad femenina, al mostrar orgasmos simulados de manera burda y exagerada. “Más que hablar del multiorgasmo, creo que el problema está en la representación del orgasmo en sí. Esta tendencia a fingir por satisfacer al otro está directamente relacionada con el escaso conocimiento que las mujeres tienen sobre su propio cuerpo.
La pornografía refuerza una visión falsa y superficial, lo que dificulta visualizar la sexualidad de manera auténtica. Al presentar una capacidad de permanecer en clímax constante, sin pausas ni fases, se omite que una relación sexual saludable se compone de distintos momentos. Si bien hemos avanzado en educación sexual, estas expectativas influidas por el porno generan frustración, ya que muchas mujeres se sienten obligadas a aparentar una experiencia multiorgásmica que no siempre se alcanza.”
Tips para mujeres que buscan orgasmos auténticos
- Conócete sola primero: La masturbación es clave para entender cómo responde tu cuerpo. Usa un espejo, explora texturas y ritmos.
- Habla sin culpa: La comunicación con la pareja es esencial. El placer no debe ser un misterio mutuo.
- No te compares: Cada cuerpo es un universo. Lo que ves en redes o películas no es parámetro real.
- Fortalece tu piso pélvico: Ejercicios de Kegel, danza del vientre o Pilates ayudan a potenciar el orgasmo.
- Mindfulness sexual: Estar en el presente, sin autojuzgarse ni anticipar, potencia el disfrute.
- Lubricación adecuada: El placer muchas veces se bloquea por dolor o sequedad. Usa lubricantes a base de agua sin miedo.
- Consulta sin tabú: Hay ginecólogos y sexólogas que pueden ayudarte a desbloquear miedos o trastornos sexuales.
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