Tras la muerte de la Reina Isabel de Inglaterra, muchos de sus seguidores se preguntaron quién se quedaría con sus queridos perros considerando el especial amor que mostró hacia ellos durante su larga vida.
A través de un portavoz, el duque Andrés de York resolvió la duda de muchos revelando que sería él mismo quien se quedaría con los perros de su madre difunta.
El Príncipe Andrés vive en el Royal Lodge, Windsor junto a su ex mujer, Sarah Ferguson (Fergie). A pesar de su separación, siguen compartiendo su hogar, por lo que serán ambos quienes asuman la responsabilidad de cuidar a los queridos perros de la reina.
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La Reina Isabel II y sus corgis
La Reina Isabel demostró un amor especial hacia los corgis desde sus seis años cuando su familia decidió tener uno en su casa. Este fue el primer perro que la monarca tuvo en toda su vida y se llamó Dookie.
Cuando Isabel de Inglaterra cumplió 18 años recibió como regalo a su primera mascota propia. Se trata de Susan, una corgi que vivió con ella muchos momentos importantes de su vida, como su matrimonio con Felipe de Edimburgo. Esta perra fue la madre de un extendido linaje de cachorros que la reina fue acogiendo a lo largo de los años.
Por un periodo de seis décadas, la Reina Isabel II tuvo al menos uno de estos corgis dentro de su grupo de perros. El legado de Susan alcanzó a formar casi quince generaciones.
Llegó un punto en el que decidió no tener más perros. Sin embargo, llegó la pandemia y además murió su marido. Para sentir más compañía adoptó dos perros más, Sandy y Muick. Este último lleva el nombre de su lago favorito ubicado en Balmoral, su lugar de veraneo y donde murió.
Después de una vida llena de perros a los que cuidó como hijos alimentándolos con comida gourmet y llenándolos de juguetes, el grupo canino al que le tocó presenciar la muerte de su ama cuenta con los corgis, una dorgi llamada Candy y una cocker spaniel llamada Lissy.
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